Con la intención de seguir compartiendo y creando más espacios seguros y enriquecedores en la capital,
se continuó con el Semillero Goloso. En este encuentro y tercer ciclo del semillero,
se enseñó bullerengue sentado a un grupo de 12 personas con identidades y orientaciones sexuales diversas.
Además, se llevó a cabo una cartografía de festivales y agrupaciones dedicadas al bullerengue,
con el objetivo de ubicar geográficamente su impacto, diferencias y aportes en el territorio.
Para esta ocasión, se contó con la colaboración de una percusionista, con más de 10 años de experiencia
en la música y en el ámbito artístico tradicional del Caribe.
Su experiencia enriqueció el semillero, ofreciendo una formación profunda en el bullerengue
y fomentando un entorno de aprendizaje y apreciación de la música tradicional.
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